«Cuando los jabatos (también conocidos como rayones) rechinan los dientes están contestando a la llamada de su madre, la jabalina, que con gruñido bajo y contenido, muy parecido a un gemido, les llama para que acudan con ella, ya sea por protección ante un eventual peligro, ya sea porque marchan y cambian de lugar donde la comida sea más abundante, o para dirigirse al encame, a las trincheras donde pasarán tranquilos las horas de más claridad donde las rapaces, sus principales enemigos naturales, al igual que lobos —donde los haya—, tejones, linces o zorros, después del hombre, les pueden avistar y servir de alimento.»
(Fuente: www.jabalies.com)